Semáforo
en la Puerta de Toledo. Los minutos que transcurren entre un rojo y un verde.
En medio del paso de peatones dos mimos-payasos espontáneos distraen de su impaciencia a los enlatados
en sus vehículos. Hacen juegos malabares con pelotas, sombreros y macillos.
Mueca de risa en sus máscaras pintadas sobre la piel. En tiempo bien calculado,
el más bajo pasa la chistera de un verde brillante entre los coches, es una
chica de pelo castaño que solicita, con gestos de mucho mimo, unas monedas. El
más alto y estilizado es un hombre joven de bombín negro y chaleco rojo, que lleva la pernera
izquierda del pantalón extravagante recogida en un doblez a la altura
de la rodilla y se ayuda en sus volatines con una muleta de palo que apoya bajo
la axila. Verde.
De un salto inverosímil se pone a salvo en la acera.
Blog de José Mora. Espacio para contacto y comunicación entre interesados en asuntos varios
domingo, 20 de diciembre de 2015
LOS DIAS
Los viernes
ya no han vuelto
a ser igual sin ti.
Y no es que
sean mejores ni peores,
ya
pasados algunos viernes
pero
no estas tu...,
simplemente
son otros viernes.
Mi
mente custodia nuestros mejores
momentos
que acuden
a mi llamada urgente de ti.
Quiero
que sepas...
que los lunes
no han vuelto a ser igual sin
ti
ni los
martes...
domingo, 13 de diciembre de 2015
Cuadernillo de Notas, 35
Con cierta periodicidad siento la llamada del Camino. Soy un deambulador peculiar que no puede caminar a pie, ni a caballo, ni en bicicleta u otro artilugio: siempre en coche y acompañado de mi Hada del Otoño, sin la que no me imagino la vida. No ejerzo de peregrino ni de turista ni de romero: tan sólo me considero un curioso espoleado por la llamada de cualquier camino, el paisaje y los naturales del país. En el “camino francés” se halla León y en León la hermosa plaza de San Marcos.
La
mañanita ha salido de las luminosas de julio en la que
sopla un airecillo frescachón a esta prima hora.
Aquí me he topado con un peregrino de los de antes, de los que van por libre y en solitario, ligero de equipaje y ataviado a la usanza de otro tiempo; es posible que se haya detenido a limpiarse en el cercano Bernesga, hoy en estiaje, y ahora descansa, sentado en las gradas sobre las que se levanta un crucero, hito hacia la tumba del apóstol. Inmóvil, está descalzo, las desportilladas sandalias a un lado y lleva los pies envueltos en trapos. Mira al cielo sin pestañear, quizás dormita con la cabeza echada hacia atrás, tocada con un sombrerillo redondo de ala corta, una mano sobre la otra, con placidez. Una saya como hábito y, sobre los hombros, un capotillo con esclavina. Le he preguntado algo; no contesta ni se inmuta: tal vez sea extranjero. Todo en él transmite una imperturbable y silenciosa concentración. Los soles, la lluvia, el aire y las escarchas le han dado a su figura un tono bronceado auténtico. En el mes de julio, 2014.
Momento pleno: El Hada nos observa, atenta, arrebujada en su chal de tul ilusión.
Con cierta periodicidad siento la llamada del Camino. Soy un deambulador peculiar que no puede caminar a pie, ni a caballo, ni en bicicleta u otro artilugio: siempre en coche y acompañado de mi Hada del Otoño, sin la que no me imagino la vida. No ejerzo de peregrino ni de turista ni de romero: tan sólo me considero un curioso espoleado por la llamada de cualquier camino, el paisaje y los naturales del país. En el “camino francés” se halla León y en León la hermosa plaza de San Marcos.
sopla un airecillo frescachón a esta prima hora.
Aquí me he topado con un peregrino de los de antes, de los que van por libre y en solitario, ligero de equipaje y ataviado a la usanza de otro tiempo; es posible que se haya detenido a limpiarse en el cercano Bernesga, hoy en estiaje, y ahora descansa, sentado en las gradas sobre las que se levanta un crucero, hito hacia la tumba del apóstol. Inmóvil, está descalzo, las desportilladas sandalias a un lado y lleva los pies envueltos en trapos. Mira al cielo sin pestañear, quizás dormita con la cabeza echada hacia atrás, tocada con un sombrerillo redondo de ala corta, una mano sobre la otra, con placidez. Una saya como hábito y, sobre los hombros, un capotillo con esclavina. Le he preguntado algo; no contesta ni se inmuta: tal vez sea extranjero. Todo en él transmite una imperturbable y silenciosa concentración. Los soles, la lluvia, el aire y las escarchas le han dado a su figura un tono bronceado auténtico. En el mes de julio, 2014.
Momento pleno: El Hada nos observa, atenta, arrebujada en su chal de tul ilusión.
Cuadernillo de Notas, 33
Ignorancia
de la lengua propia. Empobrecimiento. Tópicos. Hablar sin pensar antes de
hablar. Pereza mental. Palabras y expresiones “ómnibus”. Tertulianos y
contertulios. Incongruencias. Periodistas, gacetilleros, famosillos,
especímenes mediáticos, politicastros y demás fauna que desfilan y pontifican
desde la radio y la televisión. Abuso de lugares comunes. Infralenguaje.
Contagio.
Yo personalmente. La verdad es que sí. Ahora tomo clases de adición. Por el accidente tuvieron que extirparle una pierna. Como dicen en Inglaterra, qui lo
sá. Lo retiraron del campo porque sufrió un derrame cerebral en la pierna derecha. Trabaja en lo que es una inmobiliaria. Yo soy una efervescente del
Real Madrid. La noche en que la Roja ganó el campeonato de fútbol, un
entusiasta comentador deportivo, expresó su emoción con esta frase: La gente
ha ocupao de manera autoditacta toda la Gran Vía. Porque
no hay que matar
a la vaca de los huevos de oro. Las
espadas siguen en el tejado…Y algunas de las que han dado más juego y hoy se
oyen repetidas en todos sitios: con la que está cayendo. ¿Vale?, Vale, vale. ¡Ah!, y el espeluznante sintagma poner en valor.
Contrarrestar con lecturas de cualquier clase, desde los
prospectos de los fármacos a los ensayos, desde las novelas y los cuentos, las
recetas de la cocina, hasta la poesía. Acudir al teatro. Los reportajes y las
biografías…, y utilizar los diccionarios y las enciclopedias. Conclusión: dime
cómo hablas (o ¿escribes?) y supondré o deduciré qué eres.
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