martes, 31 de octubre de 2017

Mi musa cargante

Se puede tener un gusto extraviado o, incluso, tener mal gusto. Lo peor, sin embrago, es tener un gusto estreñido, recalentado. Si uno no conociera de nada a MariPili, por sus vestimentas se deduciría una personalidad tan apretada, tan mendruga que bien podría esperarse que emitiera sus pensamientos en forma de coprolitos mentales y que el pensamiento mismo fuera de una consistencia retestinada y cementosa.
Continuamente frente al espejo y en el escaparate, yo no me imagino a MariPili, y eso que lo he intentado, desgajándose, aspirando relajada, desparramándose placentera… Todo parece duro y afectado en MariPili, al punto que cuando se ríe, jamás a carcajadas francas, es como si se le desatornillara un perno, como si se le aflojara una charnela.
                                                                                                     
En posición estática, ya sea de pie o sentada frente a mí y al mundo, los codos pegados al cuerpo, los brazos cruzados soportando o levantando el busto, el ajustado pantalón malla, los zapatitos de chica modosa eternamente del Preu en colegio de monjas de provincias, la chaquetilla corta y estrecha que permite apreciar un culo apretado y metido para dentro, es el modelo perfecto para formarse en papel maché, tan producto de la reiteración, que difícilmente se sale del uniforme de mujer-ya-no-joven que ejerce su profesionalidad con más rutina que entusiasmo de funcionaria sin identidad, que  nunca se enfrentaría al superior abiertamente pero que rezonga por lo bajo y procura/induce a que otros den la cara y le solucionen sus tacañas reivindicaciones. Ni se logra sacar una pizca de jugo de lo que dice ni se adivina un gramo de locura en lo que hace. Todo en ella está cepillado, planchado, esmaltado, recontado: es la imaginación en grado cero que ni se sale del presupuesto ni de lo calculado. Su mundo es el de la obviedad en lo intelectual, en lo sensual. Cada vez más repetida, cada vez, en fin, más irrelevante… Pero es mi musa, la inspiración de mis ensueños masoquistas con pesadilla