viernes, 20 de enero de 2017

El soldado (casi) adolescente. Retrato

Posa ante el cajón del fotógrafo procurando que en la instantánea no se trasluzca lo que bulle en su cabeza.
La estética dominante (Carlos Gardel, Fred Astaire, Juan de Orduña, Manuel Luna) en el tango y el cine: pelo liso, con brillantina, pegado al cráneo con fijador. Y una vaga apariencia con el héroe de los carteles patrióticos. Los rasgos proporcionados en su equilibrio le dan un aire atractivo, podría haber pasado por un joven guapo, deportista y estudiante, de la clase media-media de una ciudad provinciana, si no fuera por la camisa de corte militar, bolsillos pegados y trabillas en los hombros. Y el correaje que le cruza el pecho de joven (casi) adolescente certifica su aire marcial.
Fotografía de estudio, tan bien retocada que los retoques apenas se notan. Un buen trabajo del  profesional de la cámara de cajón. Busto de frente en ligero escorzo perfilado hacia la izquierda. Un plano medio corto. Tomada en blanco y negro, se le ha dado un ligero viraje al sepia siguiendo la costumbre de la época. El sepia suaviza los rasgos y resta dramatismo. No hay elementos de fondo que puedan distraer nuestra atención, como conviene a un retrato en el que lo más importante es captar el momento del fotografiado. Esta es la foto que se deja en la cómoda de la sala familiar, junto a otras de los seres más queridos, y entre las manos y el corazón de la sufriente novia sufridora.

Movilizado para ir a una guerra incongruente en su origen, imprevisible en su duración y de secuelas que iban a perdurar más de lo él hubiera podido imaginar y fuera de toda previsión, posa con la seriedad adusta, impropia de sus años, que el momento exige. Por las incertidumbres. Por su familia. Por eso que llaman la patria. Por la justicia. Está a punto de partir. ¿A dónde lo destinarán? ¿Cómo va  a concordar el paso, de repente, de un día para otro, de la placidez de su pueblo a la zozobra en el frente de batalla? ¿Por qué inesperados caminos discurrirá su vida durante un tiempo que Dios sólo sabe?  Es la primera vez que sale de su  entorno sin un destino previsto. Es un soldado y se encontrará con la muerte de cerca ¿Tendrá que matar? ¿Morirá él mismo? Y le afectará el destino incierto de hombres, mujeres y niños, nacidos y por nacer. Mejor no pensar. Lo único que existe es el presente, la camaradería, la acción, la angustia y el sobresalto, los amoríos fugaces y la exaltación momentánea. Y el alivio de sentirse vivo un día más. Y la evasión del sueño. Y el envoltorio con la carta de una desconocida madrina que le mandará, desde un lugar, para él remoto e ignorado, la fotografía de una muchacha sonriente y una bufanda de lana, tejida a mano. Y el miedo controlado y disimulado. Y el frío. Y el ardor del solano. Confía en la Providencia Divina con la esperanza en que todo termine pronto. Por eso lleva, en el bolsillo de la camisa caqui, el “detente, bala” y una estampa de la Virgen patrona de su lugar. Y la foto, recortada, de la novia que se quedó, rezando, allá en el pueblo.
 
Los deterioros y recortes del papel para ajustar el tamaño de la foto a la ocasión y momento de portarlo no son perceptibles a primera vista. Seguir las vicisitudes de este pedazo de cartulina fotográfica quizás podría servir para un Diario de la esperanza o inspirar un relato de ficción, casi un documento de la pequeña historia de un soldado (casi) adolescente.

jueves, 5 de enero de 2017

Reflegsiones sijilosas de Féligs Kattu ante lamenaza de otra nabiDaZ
        
...  si ai algo ke no puedo soportar es ke me saken mal en las fotografías* ai personas a las ke se les deberia proibir, por una lei de mínima exijencia estética, el uso de la kamara, salvo en el caso justificado del autorretrato* la niña de la casa oy está empeñada en fotografiarme desde todos los ángulos i en todas las aktitudes posibles, i no me deja en paz, un verdadero azote...
         la niña es la ija mayor de la familia que decidí tiempo atrás adoptar (en un momento de ofuscazión sin duda) una jovenzita de veinticinco primaveras como dice su padre, aunke nació bajo el signo de kaprikornio, de aspekto yeguarizo, medio mema, ke kree ganarse mi voluntaz con arrumacos i cariñitos empalagosos, palabritas estúpidas i otros recursos igualmente irrelevantes.

         está idiotizada por una manía compulsiva que la lleva a desear todo lo ke ve en otras personas umanas, o en la pekeña pantalla mental ke tiene asta en su cuarto, ya se lo dice su abuela: culo veo, culo quiero... el ke yo viva akí es el resultado de uno de sus raptos antojadizos: le da lo mismo un Kaballo para pasear por la Kasa de Kampo ke un Ático de doszientos metros en las Vistillas, no importa ke jamás aya practicado el arte de la ekitación o ke su trabajo se lo remuneren con un miserable estipendio* ella es el paradigma de los que han sustituido lo ke no saben ke son -el No Ser- por lo ke no tienen -el No Tener-, i se pasa la vida an-elándolo todo: un producto de los tiempos ke corren...
 a-ora, como está prógsima la naviDaz, se a en-perrado en agenciarse un cánido de esos de marca egsótica, que no me imagino dónde lo va a aposentar, porke aquí ya no cabemos: cada cual tiene su espazio vital bien definido i no se toleran interferencias i, además, YÓ no lo permitiría si no es por enzima de mi cadáver: kreo ke ya se abrán perkatado de kién manda en esta kasa* espero, por mi bien, ke todo se kede en agua de borrajas o, en kaso contrario, me vería obligado a tomar una decisión drástica...
      
         ... la niña tiene un hermano, el jerOmín, que le va a la zaga en el cociente de inteligencia abstracta, que a sus veintidós años aún se empeña en llegar a la uniVersidad. No me explico tan insensato capricho en sujeto ignaro y botarate en grado super...
          entre sus compañeros de los PP escolaPios primero fue Jeromo el gOrdO y después Jeromo el cabezÓn. En la academia de preparación para la selectividad es simplemente Jerónimo Gabucio Hontanares, el guapito del grupo B de la tarde: cree ser un adonis redivivo, encarnado en las hechuras de un cantante de rock galaico de pétreo tupé y arete en el lóbulo: una verdadera prenda...
         en lo que supera con creces a la hermana es en su repudio al esfuerzo continuado: distribuye su ocio vital en actividades diversas, {gracias a una beca concedida y renovada sine die por sus padres} tales como los juegos de vídeoKonsola — creo que así se denominan —, navegar por la reD y practicar hasta las tantas de la madrugada eso que ahora la gente común llama chatear con un barbarismo de insoportable plebeyez...
         sus pretensiones artísticas están respaldadas por cuatro engendros mal concertados que intenta hacer pasar por una muestra de audaz vanguardia teatral, como el intitulado Aquí no fuma ni diÓs, cuya virtud más apreciable radica en su escasa duración, unos siete minutos, y un par de composiciones melódicas absolutamente faltas de melodía y sobradas de estridente percusión. En sus cortos cinematográficos prefiero no pensar porque en ello me he visto involucrado, El gato con botas fumando, bien que en contra de mi voluntad. Qué bochorno...
         la estupidez de jeRomo no descansa ni siquiera durante sus perpetuas vacaciones: si su hermana se dirige a mí con el original apelativo de misho-misho, él me moteja, en un alarde de ingenio, unas veces como des-cartes, supongo que por mi tendencia a la reflexión [si a él le aplicáramos el cógito ergo sum del pensador de Turena, para constatar su existencia habría que recurrir a un fotomatón], y mi absoluto desconocimiento del manejo de los naipes, y otras veces, con pretensión ofensiva, como kan(t) , y me ladra,  lo que viene a confirmar que el majadero más molesto es el que se cree muy ocurrente...
         en sus juicios de inmadura persona humana siempre achaca el éxito de los demás a la buena suerte, nunca al trabajo o a la destreza que ello pueda suponer, y así, espera que el azar o una herencia anticipada a fondo perdido le venga a solucionar sus contrariedades...

         un tío suyo resume la educación que han recibido estos mostrencos con un juicio categórico: aniZeto, a estos hijos tuyos les falta más de un hervor...
         
         tampoco yo soy un buen ejemplo para los jóvenes ya que paso la mayor parte del día dormitando con suave ronroneo en un sofá, y de ahí a mi sillón preferido, que me encalambrino si alguien osa usurpármelo...
         a veces dedico un largo rato a mirar con nostalgia por la ventana el ir y venir de los pájaros. Si me aburro en exceso, circunstancia que me sobreviene con frecuencia, me tumbo en cualquier cama a meditar sobre mi destino.
          yO, que lo contemplo todo desde mi ático distanciamiento silencioso, he llegado a la conclusión, después de observar con minuciosidad de entomólogo a algunos miembros rústicos de este clan expandido, de que son portadores de algún gEn sintomático que se manifiesta en rasgos inequívocamente regresivos: dientes pequeños y encías muy anchas, protrusión del globo ocular, acusado pliegue palpebral, cabeza paralepipédica y, entre los cachorros, atraso en el uso del lenguaje articulado —algunos de ellos, según tengo oído, emitieron sus primeros balbuceos inteligibles a los cuatro años— y esto no lo pienso sólo porque las pequeñas personas me resulten en general insoportables [alguien que odia a los perros y a los niños no puede ser del todo malo, que decía Leo Rosten] sino también  porque a su imbecilidad congénita hay que añadir el que son feos y vulgares, y porque su presencia supone una grave alteración de mis hábitos metódicos y de mi plácida concentración reflexiva...

          y tan sólo una anécdota como muestra: la AhijAdA, una nínfula de siete años y sobrina favorita, con perenne e irrefrenable tendencia al protagonismo desde que doña Cloti la sostuvo en brazos mientras recibía las benditas aguas de cristianar, se empeñó en darme el último week-end, además de señalarme como blanco de sus negras intenciones e imponer sus preferencias televisivas, hecho que me supuso el enclaustramiento forzado en mi recámara [cuando algo me conturba, me encierro en mí mismo y, ad pedem literae, en el armario de mamá Cloti y allí me puedo pasar jornadas enteras sin salir a no ser, aprovechando el sigilo de la madrugada, para alimentarme frugalmente y dar evacuación a los subproductos escretables], y continúo mi relato,  cuando se embutió una cena como para hacer llorar a cualquiera que apreciara, no ya la “nouvelle cuisine” sino su mero paladar, consistente en amontonar galletas de coco- pepinillos en vinagre-un plato de patatas chips con quechup-un puñado de altramuces-y más galletas de coco, regada con abundante persicola de litro porque no se disponía de coca, que surtió su efecto a las tantas de la madrugada, provocando que toda la familia, salvo este servidor y el jerOmo, se viera implicada en el baldeo de vómitos y mudanza de sábanas y edredones pringados de heces semilíquidas hasta que llegó el médico de urgencias, empacho o gastroenteritis según el diagnóstico del facultativo, un genuino lince con licencia para prescribir el remedio salomónico del primperán y la dieta blanda, a buenas horas mangas verdes, cuando ya había pasado lo más aparatoso de la borrasca... Qué noche, por diós. Y así mil casos… Ya me dirán ustedes si no estoy cargado de razón para hacer lo que hago...

          consternado me hallo ante la perspectiva de pasar tres días con sus TRES noches confinado en un lugar de la alcarria, de cuyo nombre bien que me acuerdo aunque no quisiera, rodeado de cretinos zafios y vociferantes, de edades y sexos variados pero igualmente estultos, que, con el pretexto del Nacimiento del niÑo dioS, incurren en extremados excesos en la comida y la bebida, por no hablar de los villancicos perpetrados a voz en grito con el acompañamiento de utensilios de origen imprevisible, tañidos, pulsados y percutidos con un entusiasmo, para mí, inexplicable...
          sospecho que esta horda, para conseguir que yo los acompañe a este destierro, recurrirá, como en otras ocasiones, a la violencia psíquica e incluso física...
         mirando a mi alrededor tengo la impresión de que he nacido en una época que no es la mía...
          quizás hubiera sido más feliz en el paRís dieciochesco, con sus escandalosas fiestas palaciegas, siempre en brazos de damas de hermosura desvergonzada y de caballeros empolvados, o tal vez, libre y dichoso, en un cottage de la campiña británica durante los happy twenty, acompañando en su elegante aburrimiento a una lady anciana que me hubiera tenido como a un príncipe y quién sabe si no hubiera terminado siendo su heredero...
          sueño a veces con el egipto faraónico en el que mi persona, divinizada, hubiera sido motivo de reverencia, los artistas me habrían inmortalizado y los arqueólogos de la posteridad, una vez mi cuerpo momificado, habrían elucubrado sobre mÍ alguna ocurrente teoría:  en fin, la fama trascendiendo al tiempo...
         sin embargo estoy atrapado en este bucle de vida trivial en el que soy objeto de fastidiosas sesiones fotográficas, manoseos no solicitados, viajes ingratos y, en el culmen de mi desgracia, he sido víctima de mutilaciones que me han reducido a la mitad de lo que debiera ser: el muy cabrón del aniCeto decidió un mal día, con engaño alevoso y la ayuda de algún potente somnífero, internarme en una clínica de la que salí in[capa]cita[do] per secula seculorum para el disfrute de una de las experiencias más apasionantes —la única, según Budi Alen— de la egsistenzia...
          a esta intervención innombrable debo mi aspecto orondo y predisposición a la obesidad, mi condición quisquillosa y, si estuviera calvo, dios no lo permita, un aire cardenalicio y eunucoide...
         es algo que nunca le perdonaré a este mequetrefe ordinario hasta la náusea, cuya habilidad más destacada se ha materializado en la torre eiFel que preside el salón de la casa que poseen en el pueblo, fabricada por él con palitos de chupachús, y cuyo sentido del humor se evidencia en la demostración de que es capaz de comer con la boca abierta y expeler ruidosas ventosidades por el ano y reír su propia gracia, todo al mismo tiempo. Si a esto se añade un vocabulario exiguo, la mitad de él términos malsonantes y sonidos inarticulados, obtendríamos un retrato aproximado, por defecto, del dueño de la casa. De su dedicación al trabajo basta decir que es funcionario de un minisTerio fantasma...

          a este pánfilo aturdido le sirve como complemento una doña ClotiLde, hija de un destripaterrones de medio pelo que acertó a adherirse, con su camisa azul nueva, al bando de los vencedores de una gueRRa, y que al morirse de un ataque de hipo, tras embaular, por una apuesta, treinta y tres huevos fritos con morcilla, litro y medio de vino y una fuente para seis de arroz con leche, le dejó, junto con unas tierras de aceite y viñas, una estólida formación en las filas de la Sección-femeninA que le sirvió para que, siguiendo los recovecos del chanchulleo de la época –“para esto hemos ganado la guerra”, decía el camisa nueva-, obtuviera, por la cara, una plaza de profesora de gimnasia en un Instituto Nacional femenino...
         doña CoLoti es en el presente una mujer resignada al papel de madre prendada de su jerOmín y abastecedora de la intendencia de todos nosotros (he conseguido que me sirva el mejor jamón de york del mercado), que tan sólo parece animarse cuando habla de las mejoras que se ha infligido en el físico —retoque en el tabique nasal, reducción quirúrgica de la miopía para prescindir de las gafas, y ahora piensa en la sotabarba y rellenar, hilo de oro, un poquito los labios— o cuando se asombra, con su punta de envidia, de cómo sus compañeras del Centro (así es como llama al Instituto) que no la avisan cuando se van a cenar por ahí, y puedan lucir la ropa de marca que llevan...
         sin-embargo es a mariCloti a kien más aprezio por el respeto con ke me trata i porke casi no me atosiga...

           la vida es una de las cosas más raras del mundo porke la mayor parte de la jente casi nunca llega a enterarse si de verdad egsisten...

         esta es mi familia, i si no me gusta no tengo otra mejor, in-abilitado como me veo para la prokreación de una propia...

          si la tubiera tampoko los abandonaría*
         ké ibanazer ellos sin mí!?... ...  
         i menos en nabidaZ* 
                           ÆZzzZZÆZzzz*
 
         ajj, si yO pudiera ablar* pero en-fin, Nadies Perfezto
                           Æ ÆzzzzzzZZ