Reflegsiones
sijilosas de Féligs Kattu ante lamenaza de otra nabiDaZ
... si ai algo ke no puedo soportar es ke me saken mal en las fotografías* ai personas a las ke se les deberia proibir, por una lei de mínima exijencia estética, el uso de la kamara, salvo en el caso justificado del autorretrato* la niña de la casa oy está empeñada en fotografiarme desde todos los ángulos i en todas las aktitudes posibles, i no me deja en paz, un verdadero azote...
la niña es la ija mayor de la familia que decidí tiempo atrás adoptar (en un momento de ofuscazión sin duda) una jovenzita de veinticinco primaveras como dice su padre, aunke nació bajo el signo de kaprikornio, de aspekto yeguarizo, medio mema, ke kree ganarse mi voluntaz con arrumacos i cariñitos empalagosos, palabritas estúpidas i otros recursos igualmente irrelevantes.
está idiotizada por una manía compulsiva que la lleva a
desear todo lo ke ve en otras personas umanas, o en la pekeña pantalla
mental ke tiene asta en su cuarto, ya se lo dice su abuela: culo veo, culo quiero... el ke yo viva
akí es el resultado de uno de sus raptos antojadizos: le da lo mismo un
Kaballo para pasear por la Kasa de Kampo ke un Ático de doszientos metros en
las Vistillas, no importa ke jamás aya practicado el arte de la ekitación o
ke su trabajo se lo remuneren con un miserable estipendio* ella es el paradigma
de los que han sustituido lo ke no saben ke son -el
No Ser- por lo ke no tienen -el
No Tener-, i se pasa la vida an-elándolo todo: un producto
de los tiempos ke corren...
a-ora, como está prógsima la naviDaz, se a en-perrado en agenciarse un cánido de esos
de marca egsótica, que no me imagino dónde lo va a aposentar, porke aquí ya no
cabemos: cada cual tiene su espazio vital bien definido i no se toleran interferencias
i, además, YÓ no lo permitiría si no es por enzima de mi cadáver: kreo ke ya
se abrán perkatado de kién manda en esta kasa* espero, por mi bien, ke todo
se kede en agua de borrajas o, en kaso contrario, me vería obligado a tomar una
decisión drástica...
... la niña tiene un hermano, el jerOmín, que le va a la
zaga en el cociente de inteligencia abstracta, que a sus veintidós años aún se
empeña en llegar a la uniVersidad. No me explico tan insensato capricho en
sujeto ignaro y botarate en grado super...
entre sus compañeros
de los PP escolaPios primero fue Jeromo el gOrdO y después Jeromo el cabezÓn.
En la academia de preparación para la selectividad es simplemente Jerónimo
Gabucio Hontanares, el guapito del grupo B de la tarde: cree ser un adonis
redivivo, encarnado en las hechuras de un cantante de rock galaico de pétreo
tupé y arete en el lóbulo: una verdadera prenda...
en lo que supera con creces a la hermana es en su repudio al
esfuerzo continuado: distribuye su ocio vital en actividades diversas, {gracias
a una beca concedida y renovada sine die
por sus padres} tales como los juegos de vídeoKonsola — creo que así se
denominan —, navegar por la reD y practicar hasta las tantas de la madrugada
eso que ahora la gente común llama chatear
con un barbarismo de insoportable plebeyez...
sus pretensiones artísticas están respaldadas por cuatro
engendros mal concertados que intenta hacer pasar por una muestra de audaz
vanguardia teatral, como el intitulado Aquí
no fuma ni diÓs, cuya virtud más apreciable radica en su escasa duración,
unos siete minutos, y un par de composiciones melódicas absolutamente faltas de
melodía y sobradas de estridente percusión. En sus cortos cinematográficos
prefiero no pensar porque en ello me he visto involucrado, El gato con botas fumando, bien que en contra de mi voluntad. Qué
bochorno...
la estupidez de jeRomo no descansa ni siquiera durante sus
perpetuas vacaciones: si su hermana se dirige a mí con el original apelativo de
misho-misho, él me moteja, en un alarde de ingenio, unas veces como des-cartes,
supongo que por mi tendencia a la reflexión [si a él le aplicáramos el cógito ergo sum del pensador de Turena, para constatar su existencia habría que
recurrir a un fotomatón], y mi absoluto desconocimiento del manejo de los
naipes, y otras veces, con pretensión ofensiva, como kan(t) , y me ladra, lo que viene a confirmar que el majadero más
molesto es el que se cree muy ocurrente...
en sus juicios de inmadura persona humana siempre achaca el
éxito de los demás a la buena suerte, nunca al trabajo o a la destreza que ello
pueda suponer, y así, espera que el azar o una herencia anticipada a fondo
perdido le venga a solucionar sus contrariedades...
un tío suyo resume la educación que han recibido estos
mostrencos con un juicio categórico: aniZeto,
a estos hijos tuyos les falta más de un hervor...
tampoco yo soy un buen ejemplo para los jóvenes ya que paso
la mayor parte del día dormitando con suave ronroneo en un sofá, y de ahí a mi
sillón preferido, que me encalambrino si alguien osa usurpármelo...
a veces dedico un largo rato a mirar con nostalgia por la
ventana el ir y venir de los pájaros. Si me aburro en exceso, circunstancia que
me sobreviene con frecuencia, me tumbo en cualquier cama a meditar sobre mi
destino.
yO, que lo contemplo
todo desde mi ático distanciamiento silencioso, he llegado a la conclusión,
después de observar con minuciosidad de entomólogo a algunos miembros rústicos
de este clan expandido, de que son portadores de algún gEn sintomático que se
manifiesta en rasgos inequívocamente regresivos: dientes pequeños y encías muy
anchas, protrusión del globo ocular, acusado pliegue palpebral, cabeza
paralepipédica y, entre los cachorros, atraso en el uso del lenguaje articulado
—algunos de ellos, según tengo oído, emitieron sus primeros balbuceos
inteligibles a los cuatro años— y esto no lo pienso sólo porque las pequeñas
personas me resulten en general insoportables [alguien que odia a los perros y
a los niños no puede ser del todo malo, que decía Leo Rosten] sino también porque a su imbecilidad congénita hay que
añadir el que son feos y vulgares, y porque su presencia supone una grave
alteración de mis hábitos metódicos y de mi plácida concentración reflexiva...
y tan sólo una
anécdota como muestra: la AhijAdA, una nínfula de siete años y sobrina
favorita, con perenne e irrefrenable tendencia al protagonismo desde que doña
Cloti la sostuvo en brazos mientras recibía las benditas aguas de cristianar,
se empeñó en darme el último week-end,
además de señalarme como blanco de sus negras intenciones e imponer sus
preferencias televisivas, hecho que me supuso el enclaustramiento forzado en mi
recámara [cuando algo me conturba, me encierro en mí mismo y, ad pedem literae, en el armario de mamá
Cloti y allí me puedo pasar jornadas enteras sin salir a no ser, aprovechando
el sigilo de la madrugada, para alimentarme frugalmente y dar evacuación a los
subproductos escretables], y continúo mi relato, cuando se embutió una cena como para hacer
llorar a cualquiera que apreciara, no ya la “nouvelle cuisine” sino su mero
paladar, consistente en amontonar galletas de coco- pepinillos en vinagre-un
plato de patatas chips con quechup-un puñado de altramuces-y más galletas de
coco, regada con abundante persicola de litro porque no se disponía de coca,
que surtió su efecto a las tantas de la madrugada, provocando que toda la
familia, salvo este servidor y el jerOmo, se viera implicada en el baldeo de
vómitos y mudanza de sábanas y edredones pringados de heces semilíquidas hasta
que llegó el médico de urgencias, empacho o gastroenteritis según el
diagnóstico del facultativo, un genuino lince con licencia para prescribir el
remedio salomónico del primperán y la dieta blanda, a buenas horas mangas
verdes, cuando ya había pasado lo más aparatoso de la borrasca... Qué noche,
por diós. Y así mil casos… Ya me dirán ustedes si no estoy cargado de razón
para hacer lo que hago...
consternado me hallo
ante la perspectiva de pasar tres días con sus TRES noches confinado en un
lugar de la alcarria, de cuyo nombre bien que me acuerdo aunque no quisiera,
rodeado de cretinos zafios y vociferantes, de edades y sexos variados pero
igualmente estultos, que, con el pretexto del Nacimiento del niÑo dioS,
incurren en extremados excesos en la comida y la bebida, por no hablar de los
villancicos perpetrados a voz en grito con el acompañamiento de utensilios de
origen imprevisible, tañidos, pulsados y percutidos con un entusiasmo, para mí,
inexplicable...
sospecho que esta
horda, para conseguir que yo los acompañe a este destierro, recurrirá, como en
otras ocasiones, a la violencia psíquica e incluso física...
mirando a mi alrededor tengo la impresión de que he nacido
en una época que no es la mía...
quizás hubiera sido
más feliz en el paRís dieciochesco, con sus escandalosas fiestas palaciegas,
siempre en brazos de damas de hermosura desvergonzada y de caballeros
empolvados, o tal vez, libre y dichoso, en un cottage de la campiña británica durante los happy twenty,
acompañando en su elegante aburrimiento a una lady anciana que me hubiera
tenido como a un príncipe y quién sabe si no hubiera terminado siendo su
heredero...
sueño a veces con el
egipto faraónico en el que mi persona, divinizada, hubiera sido motivo de
reverencia, los artistas me habrían inmortalizado y los arqueólogos de la
posteridad, una vez mi cuerpo momificado, habrían elucubrado sobre mÍ alguna
ocurrente teoría: en fin, la fama
trascendiendo al tiempo...
sin embargo estoy atrapado en este bucle de vida trivial en el
que soy objeto de fastidiosas sesiones fotográficas, manoseos no solicitados,
viajes ingratos y, en el culmen de mi desgracia, he sido víctima de
mutilaciones que me han reducido a la mitad de lo que debiera ser: el muy
cabrón del aniCeto decidió un mal día, con engaño alevoso y la ayuda de algún
potente somnífero, internarme en una clínica de la que salí in[capa]cita[do]
per secula seculorum para el disfrute
de una de las experiencias más apasionantes —la única, según Budi Alen— de la
egsistenzia...
a esta intervención
innombrable debo mi aspecto orondo y predisposición a la obesidad, mi condición
quisquillosa y, si estuviera calvo, dios no lo permita, un aire cardenalicio y
eunucoide...
es algo que nunca le perdonaré a este mequetrefe ordinario
hasta la náusea, cuya habilidad más destacada se ha materializado en la torre
eiFel que preside el salón de la casa que poseen en el pueblo, fabricada por él
con palitos de chupachús, y cuyo sentido del humor se evidencia en la
demostración de que es capaz de comer con la boca abierta y expeler ruidosas
ventosidades por el ano y reír su propia gracia, todo al mismo tiempo. Si a esto
se añade un vocabulario exiguo, la mitad de él términos malsonantes y sonidos
inarticulados, obtendríamos un retrato aproximado, por defecto, del dueño de la
casa. De su dedicación al trabajo basta decir que es funcionario de un
minisTerio fantasma...
a este pánfilo
aturdido le sirve como complemento una doña ClotiLde, hija de un
destripaterrones de medio pelo que acertó a adherirse, con su camisa azul nueva,
al bando de los vencedores de una gueRRa, y que al morirse de un ataque de
hipo, tras embaular, por una apuesta, treinta y tres huevos fritos con
morcilla, litro y medio de vino y una fuente para seis de arroz con leche, le
dejó, junto con unas tierras de aceite y viñas, una estólida formación en las
filas de la Sección-femeninA que le sirvió para que, siguiendo los recovecos
del chanchulleo de la época –“para esto hemos ganado la guerra”, decía el
camisa nueva-, obtuviera, por la cara, una plaza de profesora de gimnasia en
un Instituto Nacional femenino...
doña CoLoti es en el presente una mujer resignada al papel
de madre prendada de su jerOmín y abastecedora de la intendencia de todos
nosotros (he conseguido que me sirva el mejor jamón de york del mercado), que
tan sólo parece animarse cuando habla de las mejoras que se ha infligido en el
físico —retoque en el tabique nasal, reducción quirúrgica de la miopía para
prescindir de las gafas, y ahora piensa en la sotabarba y rellenar, hilo de
oro, un poquito los labios— o cuando se asombra, con su punta de envidia, de
cómo sus compañeras del Centro (así
es como llama al Instituto) que no la avisan cuando se van a cenar por ahí, y puedan
lucir la ropa de marca que llevan...
sin-embargo es a mariCloti a kien más aprezio
por el respeto con ke me trata i porke casi no me atosiga...
la vida es una de las
cosas más raras del mundo porke la mayor parte de la jente casi nunca llega a
enterarse si de verdad egsisten...
esta es mi familia, i si no me gusta no tengo otra mejor,
in-abilitado como me veo para la prokreación de una propia...
si la tubiera tampoko
los abandonaría*
ké ibanazer ellos sin mí!?...
...
i
menos en nabidaZ*
ÆZzzZZÆZzzz*
ajj, si yO pudiera ablar* pero en-fin, Nadies Perfezto
Æ
ÆzzzzzzZZ